Intentaré mientras tanto inventar otro mundo, aunque sea etéreo, donde no haya dragones de fuego en la boca con mal aliento, donde las ratas sean blancas y ni sean ratas, sin atmósfera, donde no respiremos y levitemos, donde haya sí dos soles, uno para el verano, otro para el invierno, para que nadie se quede sin luz demasiado tiempo, un mundo donde todos sean naturalmente buenos sin imposiciones ni escarmientos, con múltiples colores donde no exista el negro, ni los grises desesperanzados, ni el opaco vidrioso de los ojos sin vida de los chicos drogados... Inventaré ilusiones y sueños, donde esté de sobra la esperanza...donde la luna tenga una escala larga hacia ella y así trepar en noches románticas, un mundo donde el amor sea la gran causa abierta, donde no exista el odio, la discriminación ni la desigualdad artera, reemplazaré el vacío ruido por la melodía, donde los niños en ronda canten su algarabía y los adultos sumemos risas a la misma poesía...
Con árboles y ríos, con mares y con arenas, montañas silenciosas y valles de quimeras, inventaré ese mundo incontaminado, limpio, puro de aire y de ideas...
Y de tenerlo listo antes que el asteroide sea...te invito a él, trae tu familia y sus pertenencias, y si por allí encuentras (te lo digo al oído) algún susodicho?, algún hermano, alguno que otro tío?, contale la idea y convencelo que ya no habrá nada afuera...entiendelo bien!, sólo para que mi mundo, completo entonces sea...